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BRINDIS DE UN TORERO A UN AMIGO GANADERO

Ayer un amigo compartió conmigo sus sueños, su ilusión, su lucha, sus ganas de triunfo, su amor propio, su agradecimiento y esa raza que le sale ante las dificultades. 
En un lugar mágico, tarde de luz dorada Plaza de toros de Nimes, antiguo coso romano donde hace siglos los hombres luchaban cuerpo a cuerpo… Hoy lugar de encuentro entre un hombre y un toro. Y como un gladiador, solo armado con tu capote y tu valor te mediste con tu adversario, tu enemigo y tu cómplice en ese juego a dos bandas que es el toreo.

Te viniste arriba amigo, no fue fácil vencer todo lo que el interior arrastra. El miedo, la soledad, la tristeza, las dificultades que nos trae la vida… pero pudiste con ese interior que muchas veces se pega en las paredes del alma.

Con tu arte y tu magia nos envolviste a todos, a estos tus amigos que te seguimos y te queremos y al resto de ese público ansioso de espectáculo y de palmas. Por unos momentos nos regalaste la ilusión de un niño que un día soñó con salir a hombros por la puerta de los elegidos. Y hacer que como niños mayores, sigamos creyendo que los héroes existen.

Gracias Juan por caminar cerca de mi. Nos hemos encontrado en un camino con muchas piedras,  las cornadas del toro y de la vida… Pero también llena de pañuelos blancos. De esos que limpian el llanto del triunfo.

 

Rafael Cruz

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